LA CURIOSIDAD MATÓ AL GATO (Crónica Estación de la Sabana)
La emoción de saber que en Colombia hay un tren en el que se puede hacer turismo es inexplicable, la Estación de la Sabana recibe su nombre no por ubicarse en la Sabana de Bogotá pero si por cruzar por ella. Encontrar este lugar generó cierta curiosidad en mi ser, que a pesar de ser curioso sintió un miedo profundo al ver una experiencia que jamás pensó encontrar en este país. Así como la gente teme por su vida, yo temí por la mía al ignorar todos los aspectos y solo centrarme en el lugar y el descuido de las vías. No obstante y como dice un refrán popular, la curiosidad mató al gato, pero considerándome un gato, fue necesario tan solo arriesgar una vida para darme cuenta de lo mucho que necesitaba la gran experiencia que me ofrecía aquel lugar.
Escuchar personas mayores comentando sus experiencias en el tren que salía de La Estación de la Sabana con rumbo a la costa Atlántica del país, es impresionante. Como sabemos, las rutas ferroviarias tuvieron una crisis a finales del S XX, crisis que los llevó a la quiebra y a cerrar por completo cualquier transporte de personas por este medio. Es por esto que no cualquier generación pudo contar dicha experiencia como la generación de nuestros padres, niños y adolescentes con uso de razón que lo único que pretendían era identificar cada cosa nueva que llegasen a conocer. La sonrisa que se marca en el rostro al describir cada paisaje, cada sensación del movimiento del tren descrito en sus palabras técnicas, las equivocaciones que tenían por la falta de conocimiento del mismo y las múltiples risas que causan las picardías de las que se acuerdan.
A pesar de ser una experiencia enriquecedora debido a toda la historia que representa, generó una nostalgia en mí al ver que no era lo mismo que los múltiples discursos que presencié relataban. Aún cuando se ha querido restaurar, el deterioro en la locomotora es notorio y los paisajes que ofrece dentro de la ciudad son desesperantes al notar la corrupción de un pueblo que ha normalizado la miseria en el diario vivir. Los pasajeros van en un tono de buscar nuevas sensaciones y así como hay experiencias buenas, las malas predominan más. No obstante, En la Estación de Usaquén entra la vida y el sabor, la música es indispensable para una mejor experiencia y así todo mejora.
Foto por: Catalina Arango |
Comentarios
Publicar un comentario